A esta planta se le conoce como Cipero, Juncia, Papiro, Papiro de Egipto; cuyo nombre científico es Cyperus papyrus, de la familia Cyperaceae (Ciperáceas). Su origen es en la Cuenca del Nilo, Africa tropical hasta Egipto.
Es una planta acuática o palustre, arraigante por lo general con rizomas, de rápido crecimiento. Sus hojas basales son pequeñas. Sus flores están agrupadas en inflorescencias, con numerosas brácteas de hasta 30 cm de largo, filiformes. La época de floración es a finales de primavera, verano.
Es una de las plantas más populares y agradecidas para tener en el interior de las casas. Hay veces que se mueren en invierno si se las mantienen en una habitación fría; prefieren temperaturas cálidas. En zonas templadas con clima suave, pueden permanecer en el exterior a lo largo de todo el año, sin riesgo de que mueran.
Crecen con mucha rapidez y disfrutan con unas temperaturas altas entre 21 y 26 ºC, siempre y cuando la humedad que reciban sea abundante y se las rocíe con agua regularmente; si las temperaturas son más altas, deberán colocarse en un sitio un poco más sombrío o quitarlas del sol. Si algún tallo con sus hojas se seca, hay que cortarlo desde la base.
Los ejemplares jóvenes necesitan guías, porque los frondes se inclinan y se rompen, son amantes del agua, por ello son muy utilizados en estanques o en zonas donde el suelo tenga permanentemente gran cantidad de agua. Si se cultivan en maceta el sustrato debe estar siempre húmedo, de hecho, lo mejor es que estén metidas las macetas en agua continuamente y rociarles las hojas lo más a menudo posible. Florecen desde mediados de la primavera y durante todo el verano, pero las pequeñas flores son de escaso interés decorativo.
A estas plantas no les gusta el sol tórrido del verano al mediodía, pero necesitan una orientación muy luminosa; en interior es mejor colocarlas cerca de una ventana donde les pueda dar algunas horas de sol al día.
Se debe utilizar un fertilizante líquido no demasiado fuerte, cada 30 días, en el periodo comprendido entre marzo y septiembre. Si la planta ha llenado ya la maceta con raíces, hay que trasplantarla al comenzar la temporada de crecimiento; es decir, aproximadamente en marzo, antes de que comience a crecer activamente. Conviene emplear un buen compost, al que se le habrá que mezclar algunos trozos de carbón para mantenerlo fresco y evitar que el agua se pudra. En primavera se puede dividir las plantas de los Cyperos en dos, quitando la planta del recipiente y retirando todo el compost; hay que buscar la división natural de las raíces y luego cuidadosamente se divide la masa de éstas en dos partes y se plantan en sus macetas correspondientes.
Estas plantas crecen de forma notable, por lo que en poco tiempo necesitarán una maceta más grande. Para que mantenga un aspecto compacto se ha de podar a finales del invierno.
NOTA: El primer papel fue hecho por los egipcios del tallo de Cyperus papyrus.
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