Esta es una de las plantas que me encanta, se le conoce como Ciclamen, Violeta persa, Violetas de los Alpes, cuyo nombre científico es Cyclamen persicum. Familia de la Primulaceae (Primuláceas). Su origen es Persia, Oriente Medio, Grecia. Crece también en Los Alpes de Europa.
Una bella planta herbácea, vivaz, delicada pero resistente, de encantadora floración invernal. Aunque las flores suelen brotar entre finales de otoño o principios del invierno, puede florecer en otras épocas del año. El Ciclamen forma una pequeña pero densa mata redonda con una altura que ronda los 30 o 40 cm de altura, las hojas son carnosas de forma acorazonada y poseen unas manchas plateadas formando peculiares dibujos.
Los pétalos de las flores del Ciclamen son ondulados y ribeteados, pueden ser de diferentes tamaños según la variedad, pero siempre se pliegan sobre sí mismos de manera característica, formando unas originales flores. Éstas asoman por encima de las hojas, y se encuentran en una amplia gama de colores, sobre todo, en los tonos rosa donde despliegan una enorme variedad, incluso algunas están veteadas en tonos más oscuros.
Para que florezcan de forma generosa hay que abonarlas cada 15 días con un fertilizante líquido que sea rico en fósforo, esto influirá a que las flores tengan un color vivo e intenso. Para cultivar el Ciclamen en interior y se mantenga mucho tiempo en flor, necesita lugares lo más frescos y húmedos posibles, ya que si la temperatura es baja más tiempo durará la planta; el calor acorta su tiempo de vida.
A diferencia de otras muchas plantas el Ciclamen no soporta el agua sobre sus hojas ni flores porque se pudren con mucha facilidad. Si las hojas se llenan de polvo o suciedad se tienen que limpiar con un pincel seco y suave, nunca con agua. Se debe regar por la base de la maceta, introduciéndola en un cuenco o platillo con agua sin cal y al cabo de unos cuantos minutos retirarlo.
La mayor necesidad de esta planta es la humedad ambiental. Es necesario retirar las hojas marchitas o secas cortando los rabillos de las hojas desde la base, cualquier hoja deteriorada puede estropear el resto del ejemplar ya que puede ser un foco de infecciones. Si se desea ubicarla en el jardín, requiere una zona de sombra o de semi-sombra, pero siempre evitando que le pueda dar el sol de forma directa.
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