La Clavelina tiene como nombre científico Dianthus plumarius. Pertenece a la familia de las Caryophyllaceae. La Clavelina es pariente del Clavel y crece en forma silvestre en la zona del Mediterráneo lo que le permite adaptarse fácilmente al clima sudamericano.
Características
No sobrepasa la altura de 25 cm. y florece siempre que la temperatura sea un poco elevada.
Los colores de sus flores son muy variados, como resultado de las cruzas que se realizan permanentemente entre distintos tipos de ejemplares. Las variedades que más florean son las de tonos rosas, rojizos y blancos. Resulta una planta muy resistente a las plagas y se cultiva con facilidad, por lo tanto podemos afirmar que es una muy buena iniciativa plantar clavelinas en el jardín.
Posee hojas fuertes y acanaladas, de color verde azulado, con esa ramificación característica de los claveles, pero de forma mucho más compacta. En tiempo cálido, la clavelina se cubre de multitud de flores, sencillas o dobles según la variedad, de unos 6 cm de diámetro, unidas a la mata por un peciolo no muy largo.
Iluminación
La Dianthus plumarius debe recibir preferentemente, sol de mañana. Si están expuestas al sol durante la tarde o todo el día necesitan una mezcla en el sustrato que retenga más agua (turba, tierra negra, perlita y humus de lombriz en partes iguales).
Temperatura
La Dianthus plumarius es un ejemplar muy resistente, capaz de desarrollarse sin problemas en zonas frías si le aportamos una ligera protección y acolchamos su sistema de raíces, aunque prefiere los climas templados.
Sustrato
Necesita una mezcla de tierra negra, humus y arena por partes iguales. Prefieren un suelo poroso ya que su hábitat original es un terreno arenoso. Si la planta está en maceta y recibe sol todo el día, es conveniente agregar una parte de turba y una grava en el fondo de la maceta a fin de evitar el encharcamiento.
Riego
En verano, conviene regarla todos los días, hay que asegurarse que el agua no se acumule.
Abono
Abonar cada 15 días para aportarle al sustrato los nutrientes que necesite. Puede sustituir en ocasiones el abono si renueva la capa superficial del sustrato sobre el que se desarrolla el ejemplar.
Reproducción
Deje algunas de las flores para que se formen las semillas, muy fáciles de germinar, para guardarlas y sembrarlas durante el siguiente año. También se reproduce por división de mata y esquejes. No obstante, es un ejemplar muy barato que puede tratar como anual y desecharlo una vez haya terminado su periodo de floración.
Poda
Retire las flores marchitas para evitar que su olor atraiga a las plagas. Para hacerlo, lo más recomendable es que retire la flor desde el pedúnculo o pequeña porción de planta que la une al tallo.
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